Fernando Alcalde. Buxus.C.G. Nueva Cultura del Territorio y colaborador de Correos de la Vega-www.otragranada.org
La agricultura representa el 16,5% del PIB andaluz mientras que el turismo alcanza el 12,5%. La relación entre la calidad visual del entorno y el atractivo turístico es incuestionable; del mismo modo lo es la dependencia existente entre paisaje y agricultura en Andalucía. Sólo las ciudades que cuidan su calidad paisajística resultan atractivas para que se implanten empresas, residentes y vengan viajeros. Es más, el desorden del paisaje puede generar costes económicos. Por ejemplo, la saturación urbanística de la costa está expulsando a los turistas de mayor poder adquisitivo, tal y como detecta un informe de la patronal Exceltur. En este sentido, existen espacios agrarios especialmente sensibles que realizan funciones que van mas allá que las propiamente agrarias y que tienen que ver con la generación de espacios visuales, de esparcimiento, de regulación climática, de reservorio de agua y suelo, de cobijo a la biodiversidad, de referente cultural y de atractivo turístico. Se trata de espacios colindantes con las ciudades (vegas esencialmente aunque también terrazas y otros regadíos tradicionales, huertas tradicionales, ruedos de pueblos ) que en la actualidad se encuentran tensionados por la presión urbanística y las infraestructuras y en muchos casos degradados por su proximidad, que en los últimos años han perdido parte de sus funciones y cualidades.
Estos espacios permiten abastecer de forma próxima a las ciudades, explotando recursos propios, empleando a ciudadanos de la localidad y generando una economía de proximidad.
En el conjunto de la región se han identificado 238 zonas de huerta que suman una superficie de 29.974 hectáreas, lo que representa el 0,026% de la superficie total andaluza y el 0,46% de la agraria útil. Estas superficies se han reducido en un 66% en los últimos cincuenta años. Con anterioridad , los Planes Especiales de Protección del Medio Físico, establecieron la figura de “paisajes agrícolas singulares” y catalogaron 59 de ellos con una extensión de casi 110.000 ha.. Por otro lado, 217.999 has de zonas agrícolas se localizan dentro de la red natura 2000 en Andalucía, constituyendo el 8,41% de ellas.
Estos espacios son una pieza clave en las estrategias de desarrollo sostenible, en tanto que permiten abastecer de forma próxima a las ciudades, explotando recursos propios, empleando a ciudadanos de la localidad y generando una economía de proximidad. Por otro lado funcionan como áreas de cualificación visual de la ciudad, de esparcimiento y de protección de la biodiversidad y de los recursos naturales.
Pese a ello, estas zonas se encuentran en un proceso continuado de degradación que exigen acciones de protección y puesta en valor en la línea de lo realizado en otras zonas del país, cuya referencia mas cercana es el Parque Agrario del Llobregat.
Proponemos protección, planes de uso y órganos de gestión para estos espcios
Como consecuencia proponemos en los municipios andaluces:
1. La protección de estos espacios a través de una figura legislativa propia (Parques agrarios de Andalucía) que permita su uso agrario y el desarrollo de planes de gestión propios con el apoyo financiero de la Junta de Andalucía.
2. La protección local mediante su declaración como Suelo No Urbanizable de Protección especial o a través de planes especiales cuando afecten a mas de un municipio.
3. La aprobación de planes de uso y gestión de estos espacios con el acuerdo entre los entes locales, los agricultores, los colectivos ciudadanos, los representantes de las asociaciones agrarias, y los departamentos implicados de la comunidad autónoma.
4. La constitución de órganos de gestión profesional encargados del desarrollo del plan y de la gestión del espacio y las actividades enclavadas en el.
