Paco Cáceres
Me ocurrió hace unos días. La frutería del Zaidín estaba llena de gente; atendían tres personas. Cuando tocó mi turno me dirigí a la empleada que me atendía:
. ¿Tiene dátiles?
. Sí
. ¿De dónde son?
La empleada se dirigió al encargado:
. ¿De dónde son los dátiles?
. ¡Tenemos dos tipos, los dos de Israel!
Me tocó hablar a mí, también en voz alta
. ¡Ah! ¡Pues entonces no los quiero! ¡Sirven para hacer balas que matan a los palestinos!
Una señora me miró con simpatía y asintió con la cabeza, los demás simplemente me miraron. El dueño fue sincero:
. Tiene usted razón, pero son los que me llegan y son los que vendo
Siguió un poquito el diálogo, fue breve, pero rompió esquemas y dejó en el aire algo de lo que debe ser un consumo responsable.
Salí de la frutería contento, había hecho mi pequeño gesto a favor del pisoteado pueblo palestino. Quizás haya más personas que hagan lo que yo, quizás esas personas que presenciaron el diálogo lo comenten con otra gente. Lo mismo, en la próxima ocasión, tienen ya dátiles de otros lugares.
¿Os imagináis que todos los que estamos en contra de la opresión de los palestinos hiciéramos igual en las fruterías?
La tienda como campo de batalla
Me gusta comprar en las fruterías del barrio, porque aunque la mayoría no vendan productos ecológicos, si puedes charlar con los vecinos y el tendero y formar un pequeño parlamento.
En las tiendas de mi barrio suelo decir; “¿Tienen productos de la Vega?” “¿Cómo? ¿No tienen nueces de La Zubia?” ¡Yo las he probado y están riquísimas!” “¿Hay naranjas del Valle?” “¿Las alcachofas son de Huétor Vega?”
En el bar, mi batalla es con el mosto. “¿Tienen mosto de por aquí cerca?”
En la argumentación dejas a la gente pensando; “Es que así comemos lo que tenemos al lado los agricultores de la zona pueden vivir” “Creo que es mejor comernos un tomate de una de estas huertas antes que otro que recorra mil kilómetros” “Si no potenciamos la economía local ¿quién la va a potenciar?” “Si le compramos al agricultor de al lado, y él compra a su vez en la tienda cercana, bebe en el bar próximo y pasa el día de playa en Motril o Salobreña, al final es la economía de nuestro entorno la que prospera…” Son razones tan elementales que no hay nadie que diga lo contrario; qué va, lo que hace la gente es dar otros argumentos en la misma línea.
Además, todas estas cosas las comento cuando hay gente. Ya veis, me gustan los espectadores.
Y consigo cosas, no creáis que esto de ser mosca cojonera o gota malaya (fina y constante) no da sus resultados. Muchas veces cuando voy a la frutería me dice el frutero
. Paco, hoy tenemos higos de Chauchina y cerezas de Güejar
. Estupendo, así tenemos los sabores de por aquí
Cuando de nuevo voy a la tienda suelo decir
. Oye. ¡Qué buenos estaban los higos! ¡Y las cerezas!
En esta lucha, cuando vivía en Las Gabias, conseguí que el bar más cercano a mi casa trajera mosto de Alhama. Al final, el dueño del bar me reconoció que fue un acierto traer el mosto. “Me lo pide mucha gente”. Pues ya veis, consumiendo vinos de aquí al lado. El siguiente paso ha de ser que el vinillo sea ecológico. Habrá que pensar ya en los argumentos a desgranar cuando el bar esté con una poca de gente.
En lo de las frutas y hortalizas sí les meto caña con lo ecológico. Les digo que son alimentos más sanos, les hablo incluso de Nicolás Olea y sus argumentaciones. También les hablo de agricultores que ya cultivan en ecológico.
Total, que ir a la tienda es ir al campo de batalla ideológico. ¿Os imagináis que convirtiéramos las tiendas en lugares de debate? ¿Os imagináis que con el dale que te pego vayamos consiguiendo pequeñas victorias?
Ya sabes, cuando vayas a la tienda pregúntale si los dátiles son de Israel y las verduras y hortalizas son de la Vega. Y háblales también de lo sano que es comer ecológico. De camino les hablas de los agricultores ecológicos que conoces.
En su tiempo, en Salvemos la Vega, hablamos de dar una especie de certificados a las tiendas que vendieran productos de la Vega, sería algo así “esta tienda contribuye al desarrollo de Granada…” Pero bueno, eso lo contaré en otra ocasión.
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COMENTARIOS
Recibo un correo que quiere el anonimato en el que se dice lo siguiente:
Comentario 1
“Las cerezas y los higos no pueden coincidir en el tiempo a la hora de pedirlas; unas son en mayo y los otros por agosto”
Tiene toda la razón lo que expone esta persona, pero al darle a esto forma de relato; uno dos hechos que ocurrieron en la realidad aunque no al mismo tiempo. He recordado los dos diálogos aunque fuera en distintos meses. Ya sabéis que la memoria a veces no entiende de meses y une hechos alejados. Podría haber citado otras frutas, verduras u hortalizas de la Vega que suelen venir a mi frutería habitual, pero cité esas dos a modo de ejemplo. Gracias a este amable comunicante
Comentario 2
María José:
Os cuento la última conversación "expresando mis pensamientos" en un comercio que me acuerdo, fue en la Ford haciendo la revisión del coche.
El precio había subido mucho con respecto al año anterior y tuve la siguiente conversación con el encargado:
– Ha subido mucho ¿no?
– Bueno, en realidad, no tanto, es sólo que el año pasado le aplicamos unos descuentos que este año no podemos.
– ¿Y eso? ¿Por qué ahora no se puede? Además poca gente traerá los coches a los concesionarios con estos precios …
– Bueno … sí los traen … y bueno, este año he ajustado al máximo el precio, más no puedo hacer …
– Pues no lo entiendo, porque a mi el sueldo me lo han bajado …
– ¡Y a mi!
– Pues eso, nos bajan el sueldo y despiden a gente ¿y los precios suben?
– Es lo que hay con esta crisis …
– Bueno, es lo que hay porque nos dejamos, porque está claro que la mayoría estamos sufriendo esta estafa y sólo unos pocos se están lucrando … Está en nuestras manos cambiar esto. Porque además si esto sigue así, el año que viene lo mismo no puedo traer el coche aquí y si muchos no pueden, sin que se moleste, le digo que muchos de ustedes lo mismo son despedidos ¿no?
– Pues sí, … En fin …
