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Si quieres cambios profundos vota todos los días

Paco Cáceres. Coordinador de Correos de la Vega

Estoy convencido de que para conseguir cambios profundos hay que votar todos los días, en cada acto de nuestra vida. Y en esto no cabe la abstención ni el voto en blanco; hay que pringarse aquí, ahora, en este territorio, con las gentes que viven en él. También en todo el mundo, pero empiezo en Granada. Doy mi voto a las gentes o grupos que intentan construir esa otra Granada, ese mundo que queremos.

Paco Cáceres. Coordinador de Correos de la Vega

pcasant@telefonica.net

Se lo doy a El Vergel de la Vega, asociación de productores ecológicos que cada semana ponen a tu disposición una caja de productos que llevan el sabor de la tierra y la gloria, que te los comes con la seguridad de que no tienen contaminantes, que no dañan el medio ambiente y que pagas el precio justo para que los agricultores, no los intermediarios, vivan con dignidad. Productos cercanos, que ves en los campos por donde paseas, muchas veces con semillas de siempre, alimentados con el mismo sol, la misma lluvia y el mismo aire que respiras tú. Ese paisaje que ves es a la vez tu despensa. También le doy el voto a GRAECO, la Red de Dinamizadoras y la Plataforma por una alimentación saludable en las escuelas. Comer sano es una de las bases del buen vivir.

Se lo doy al Fondo de Solidaridad que con la aportación voluntaria de sus socios concede microcréditos a gente humilde que necesita un poquito de dinero para poder sacar adelante un pequeño proyecto con el que vivir o salir del bache. El Fondo me llena de esperanza y me confirma que en un mundo egoísta hay gente solidaria. También la Banca Ética tiene mi voto porque sé que su filosofía y práctica es el de una banca al servicio del ser humano, de un mundo más justo, creada para ayudar a gente sencilla que no quiere explotar a nadie ni dañar el medio ambiente.

Se lo doy a la Plataforma de la Zona Norte y la Red de Mujeres del Zaidín o Asociaciones de Vecinos como la del Zaidín o Bajo Albayzín, que luchan por la dignidad humana de la gente que habita sus barrios, y que con su labor callada y constante han arrancado un centro de salud, un parque o han defendido la reapertura de una biblioteca que le robaron. Su lucha da calidad de vida a los vecinos.

Se lo doy a Derechos Humanos, Granada Acoge, defensores de desahuciados, monjas que llevan los comedores de indigentes u otras u otros que están de forma altruista con enfermos, ancianos, discapacitados o necesitados de algún tipo. Porque ven seres humanos en esas personas; inmigrantes, pobres o alguien que necesita una ayuda. Se ponen en lugar del otro y ofrecen lo mejor de ellos mismos para que la gente pueda sobrevivir. Ellos me hacen creer en el ser humano.

Doy mi voto a Ecologistas en Acción, Salvemos la Vega, agricultores que defienden ésta, A.Mayores la Vega es Vida,Voluntariado Ambiental de Santa Fe, Buxus o las Plataformas que defienden sus territorios y sus aguas, como las de Dílar, Castril, Alhama o el Valle del Darro. Porque nos recuerdan que estamos en un planeta finito que hay que conservar a toda costa, y nos enseñan cada día que el territorio y la Vega tienen unos valores inmensos donde se incluyen lo mejor que ha dejado el ser humano en ellos. Y porque actúan pensando en las futuras generaciones y no en ellos mismos. Ven como las águilas; desde arriba, con altura de miras.

Se lo doy a todos esos que van a pie, en bici, o en transporte público y dan ejemplo de lo que tiene que ser una movilidad sostenible. Ellos, como Biciescuela, Granada al Pedal o los responsables de movilidad del Hospital Virgen de las Nieves; digo que ellos, nos hacen una Granada y un planeta más limpio y contribuyen a que las calles no sean propiedad exclusiva del coche.

Va mi voto también para el 15 M, porque nos han sacado del sopor, de la desesperanza y han abierto las ventanas para que entre aire fresco en la sociedad y en cada uno de nosotros.

Doy mi voto a Vega Educa, a los educadores, desde infantil a universidad, que facilitan a sus alumnos las herramientas necesarias para que sean personas con conciencia crítica y compromisos por un mundo más justo. También para los que hacen de las palabras herramientas de cambio,, para todos aquellos que nos transmiten argumentos que demuestran que hay otras formas de ver y vivir que pueden armonizar el Planeta con los seres vivos que viven en él; decrecimiento, desarrollo endógeno (no veo contradicción entre estos dos términos), buen vivir, ciudades lentas, en transición, soberanía alimentaria, por un mundo rural vivo...

Y cómo no, se lo doy a todas esas ONG que conservan su espíritu inicial y trabajan codo a codo con otras ONG y redes del Tercer Mundo para conseguir que cambien las estructuras económicas mundiales y que los pobres de la Tierra puedan alimentarse y tener techo, médico, maestro y afecto.

En fin, mi voto va para todas esas personas, colectivos e instituciones que a contracorriente luchan por un mundo mejor, sin guerras, con justicia.

Lo bueno de este voto es que no tengo que escoger, elijo a toda esa larga lista de gente y grupos que he citado. Me da igual que crean aunque yo no crea, que tengan una ideología distinta a la mía, que hablen otro idioma o que vivan en otros lugares. Mi voto va para ellos aunque no me lo pidan, aunque no me prometan nada. Pero mi voto tiene que llevar implícito mi compromiso personal con esos proyectos citados, si no, no vale. Bien es verdad que no podemos pertenecer a todos los grupos, pero sí he de pertenecer a alguno, conocer lo que hacen los demás e intentar buscar alguna fórmula de coordinación. Sé que si mi compromiso es fuerte y el de otra mucha gente, esa sociedad que se predica y a la que aspiramos se puede ir extendiendo, ganando fuerza, entrando en el corazón de las gentes. Arraigándose.

Pero tengo los pies en la tierra. Sé que hay que cambiar las estructuras económicas a nivel global y que hay que participar en la política, pero sinceramente; ¿quiénes me representan? ¿Hay alguna lista en la que puedan estar gran parte de esa gente a la que doy mi voto? ¿Y por qué se acuerdan de mí sólo cada cuatro años? ¿Y no hay otras formas de participación que no sean los partidos? Pero, además... ¿alguien cree de verdad que esto es una democracia...?

Quiero cambios profundos, para ello quiero votar todos los días. Cambios que conllevan otra mentalidad que nos conduce a otro paradigma, a otra forma de estar y ser en el mundo. Sinceramente; todo eso no cabe en las urnas de las democracias occidentales.

Por Correos de la Vega

El Domingo 27 de noviembre de 2011

Actualizado el 27 de noviembre de 2011