Inmaculada Fernández Landauru es colaboradora de Correos de la Vega y www.otragranada.org en Castell y comarca
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Estamos en esta parte de la costa en plena faena, nuestras producciones crecen a buen ritmo, la climatología con algunos días de fuerte viento, normal en esta época, nos acompaña y los precios parecen mantenerse en límites aceptables.
Podemos agricultores y agricultoras respirar por el momento tras una cosecha pasada ruinosa en todos los sentidos.
Por estas fechas, el año pasado, andábamos tirando el 100 por 100 de la producción de pepino holandés. Parece que el horizonte que se nos dibuja no es tan negro como en épocas anteriores.
Hasta aquí todo bien, pero mucho me temo y no quiero ser agorera que tras esta aparente calma de los mercados, se esconda el lobo. Estamos agricultoras y agricultores pendientes de aprovechar los precios, un caramelo que nos distrae, mientras en las altas esferas se cuece algo muy gordo, tanto que de aprobarse supondría el descalabro económico y social, que terminaría con gran parte de las ya maltrechas economías de los y las que nos dedicamos a tan noble oficio, como es la producción de alimentos.
Mi producción se reduce para que en Marruecos tengan mejores infraestructuras y así poner en nuestros mercados, con más comodidad su producción, mientras sus trabajadores agrarios son explotados por empresas, la mayoría europeas.
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Solo en la producción de tomate, peligraría el 90% de la producción, siendo esta de 2 millones de toneladas por temporada y afectando principalmente a las explotaciones familiares agrarias de Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia, quedando la agricultura en manos de la agroindustria.
Me refiero a los acuerdos pendientes de firma de la UE con el reino de Marruecos en materia de agricultura.
Puedo decir al respecto, que un Acuerdo Preferencial con Terceros Países (Marruecos, Chile, Venezuela…) y la Unión Europea, se fundamenta en la ayuda a la cooperación y el desarrollo de la zona en cuestión, entre otros parámetros. En lo que a este punto se refiere existe una gran hipocresía social.
Mi producción se reduce para que en Marruecos tengan mejores infraestructuras y así poner en nuestros mercados, con más comodidad su producción, mientras sus trabajadores agrarios son explotados por empresas, la mayoría europeas.
Aquí y me refiero a toda la UE los agricultores/as y ganaderos/as hemos de cumplir estrictamente una reglamentación muy dura en materia de sanidad y bienestar animal, estando prohibidos por ejemplo, los piensos para engorde elaborados con harinas cárnicas, ciertos productos fitosanitarios altamente tóxicos, que evidentemente los laboratorios no van a destruir por lo que en pérdidas supondría para su firma, así que vuelcan sus stock en terceros países entre los que se encuentra nuestro vecino más próximo, Marruecos.
Nuestro gobierno y el de los demás... miran hacia otro lado, existen verdaderas redes de tráfico de seres humanos en el estrecho, flotas de camiones que no pasan aduana. Se sabe hasta el porcentaje que se paga a la casa real... estamos hablando pura y llanamente de la ausencia total de derechos humanos garantizados a la población. _______________________________________________________________
En nombre de la solidaridad internacional dejo de producir para que ellos y ellas tengan las mismas oportunidades que gozamos aquí. ¿Pero cual es la realidad? La realidad a mi humilde entender es sencillamente vergonzosa. La juventud, mujeres embarazadas, niños, dejan sus sueños y su vida prácticamente a diario en nuestras costas en busca de eso, una oportunidad que no llega, y no llega porque se pierde en el camino.
No hace falta ser muy listo para ver como nuestro gobierno y el de los demás Estados miembros miran hacia otro lado, existen verdaderas redes de tráfico de seres humanos en el estrecho, flotas de camiones que no pasan aduana. Se sabe hasta el porcentaje que se paga a la casa real, todo el mundo sabe todo y nadie dice nada, con todos mis respetos hacia quienes deben tomar las decisiones, estamos hablando pura y llanamente de la ausencia total de derechos humanos garantizados a la población.
La UE negocia con países que no cumplen los derechos humanos cuando le conviene y pongo un ejemplo. Hace ya años que se viene escuchando por los pasillos de Bruselas, la petición de adhesión por parte de Marruecos y Turquía , pues bien Turquía no formará parte de la UE mientras no resuelva sus problemas con los derechos humanos, de eso se encarga la todopoderosa Alemania, que mantiene a raya todo el comercio y acuerdos.
¿Qué pasa con el caso de Marruecos? Que al amparo de los EEUU campa a sus anchas por Europa, nuestro país no tiene peso específico en la UE, en materia de agricultura. Francia e Italia, las dos potencias principales no nos necesitan, caso de Francia es en Perpignan donde se almacena todo el tomate procedente de Marruecos. Entre tanto nosotros y nosotras pagando las consecuencias.
Para mí es un país espléndido en el que me encuentro muy a gusto, con un potencial espectacular en muchos campos y con un solo problema: la ausencia de democracia _______________________________________________________________
Desde hace años, paso temporadas en ese sorprendente país, veo, escucho, convivo con sus gentes, visito sus mercados y sus explotaciones. Para mí es un país espléndido en el que me encuentro muy a gusto, con un potencial espectacular en muchos campos y con un solo problema: la ausencia de democracia, imprescindible para un desarrollo óptimo del país y la población.
Necesitamos, antes del próximo consejo de ministros de agricultura, fortalecer los acuerdos entre países productores de los distintos sectores, porque está claro que España sola no puede pedir los apoyos necesarios. Necesitamos que nuestra flamante ministra nos demuestre de la materia que esta hecha y nos defienda con uñas y dientes, porque la cosa es muy seria.
Son muchas las expectativas que han de ser resueltas antes de la próxima reunión del Consejo General de la OMC a celebrar en diciembre.
Mientras seguiremos cultivando esos alimentos que llegan a diario a vuestras mesas, en espera de que las negociaciones nos sean favorables, al menos esta vez. Con la alimentación no se negocia.
