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¿Tiene nuestro territorio potencialidades para crear riqueza y trabajo? ¿Podemos ser los granadinos protagonistas de nuestro propio desarrollo?

Cuatro jornadas en mayo y junio estudiarán el modelo de desarrollo granadino

AVE, autovías y aeropuerto de primera. Son las palabras mágicas empleadas por los poderes económico y político para hablar del desarrollo granadino. Y gente de fuera (inversores o turistas) que nos saquen del furgón de cola de la economía… ¿Y por qué no mirar adentro? ¿Existen potencialidades para crear riqueza y trabajo en nuestro propio territorio? ¿Se tienen en cuenta? ¿Qué estrategias, instrumentos y necesidades habría que afrontar para sacar a flote la riqueza que nos brindan nuestros lugares? ¿Puede haber actores de aquí que emprendan de forma sostenible y pensando en el bien común? ¿Y qué necesidades de infraestructura, formación, capital… necesitan para emprender…? Éstas y otras preguntas buscarán respuestas en unas jornadas que celebraremos en La Zubia y Granada en mayo y junio.

Granada tiene grandes potencialidades para crear riqueza y trabajo. Unas jornadas las estudiarán

Andrés Armenteros, Gabriela Carrillo, Jesús del Río, Jesús Peña, Carmen Jiménez, Javier Egea, José García, Isidro Losada, Alejandro Puerta, Manolo Quintero, Miguel Ángel Molinero, Jesús de la Parte, Paco Cáceres.

Colectivos: Somos Vega. Somos Tierra, Centro Socio Cultural del Zaidín, Red por el Trabajo Digno y Otra Granada

En 2015 el Servicio Andaluz de Empleo publicaba un estudio que situaba la agricultura ecológica como uno de los nichos de empleo más importantes de Andalucía. Meses antes la Consejería de Agricultura de la Junta daba cerrojazo, un año antes de que cumpliera, al Plan Transforma para la producción ecológica, dejando a muchos agricultores convencionales con sus miedos a emprender en agricultura ecológica. Incomprensible, como lo fue en su día el cierre del CIFAED, Centro que potenciaba la agricultura y ganadería ecológicas.

Poco tiempo después Somos Vega. Somos Tierra ponía en marcha el proyecto “Recuperamos el Abrazo con la Vega”, uno de sus programas tiene como objetivo que personas sin empleo puedan aprender agricultura ecológica. Con argumentos sociales, ecológicos y agrarios, poco coste y mucho voluntariado se puso en marcha el proyecto. Sólo tres ayuntamientos de la Vega (Monachil, La Zubia y Santa Fe) se sumaron a El Abrazo. Inexplicable, pero ni Junta ni la mayoría de los ayuntamientos de la Vega apuestan por las potencialidades de nuestra tierra.

Uno de los mil ejemplos; las naranjas amargas se pudren en el suelo. En otros lugares hacen mermeladas y fabrican pólvora y productos químicos

En Granada hay potencialidades para crear riqueza y trabajo

En Granada las naranjas amargas siguen en los naranjos o manchando las aceras. En otros lugares se envían al Reino Unido vía Murcia o se hacen mermeladas, pólvora y productos químicos. Igual pasa con los tilos. La tila que consumimos, a euro y medio la bolsita, viene de los países del este europeo a más de dos mil kilómetros de distancia. Lo mismo podríamos decir de otros árboles de Granada con propiedades alimentarias, medicinales, insecticidas, etc. Nadie estudia sus posibilidades económicas y de creación de empleo. Estamos convencidos que hay que mirar más lo que tenemos dentro.
En la Sierra pasa igual. Francisco Valle, catedrático de botánica de la Universidad de Granada, se extrañaba de que en las grandes superficies se vendan esencias y extractos de plantas de Burgos, por ejemplo, teniendo las plantas de nuestra Sierra una enorme calidad. Inexplicable.

Políticas de sostenibilidad para despilfarrar menos y crear trabajo
Hablemos ahora de energía alternativa y reciclaje. Los residuos orgánicos, que podrían emplearse para compost, el arreglo de edificios para que no pierdan energía y otras muchas medidas ecológicas en nuestros municipios conllevarían menos gastos municipales, creación de empleo y sostenibilidad. Nuestros gobernantes municipales tendrían que escuchar y ver que ya hay muchas experiencias en ese sentido.

Fabricar compost con los residuos orgánicos daría muchos beneficios a los municipios; reduciría los costes de transporte de basuras y crearía trabajo y abonos para la agricultura

Apuntamos un espacio más; el de la inmigración. ¿Podrían generarse entre las comunidades de origen y Granada algún tipo de comercio? ¿Podría emprenderse en alimentación, restauración, artesanía, etc.? ¿Podría la inmigración significar riqueza y trabajo? Es cuestión de investigarlo.

¿Somos tontos e incapaces de emprender los granadinos? ¿Tenemos que ser espectadores de nuestro propio desarrollo?

En resumidas cuentas, y son sólo unos ejemplos; nuestros territorios tienen unas enormes potencialidades económicas y de creación de empleo. Están ahí, pero las élites económicas, políticas e intelectuales granadinas están demasiado imbuidos por el modelo de desarrollo dominante y no ven que hay otros modelos que tienen mucho futuro. Se piensa que sólo desde fuera puede venir nuestra salvación. Por ello las palabras mágicas del desarrollo son AVE, autovías y un aeropuerto como dios manda. Granada tiene que ser una enorme pista de aterrizaje que atraiga inversiones y turistas, como denunciaba Otra Granada. Sólo extendiendo una enorme alfombra para los que vienen de fuera saldremos del furgón de cola… En el fondo subyacen una serie de preguntas; ¿somos tontos los granadinos? ¿Somos unos incapaces totales? ¿Estamos condenados a ser siempre espectadores de nuestro propio desarrollo? ¿Por qué el ateísmo del poder sobre nuestras propias posibilidades? ¿Por qué creemos tan poco en nosotros mismos? Y, además, ¿vendrán de fuera a salvarnos por nuestra bonita cara o, en muchos casos, a saquear nuestros territorios? Por ejemplo; ¿Cuánta riqueza se llevan las grandes superficies comerciales de Granada? ¿Y cuántos pequeños comercios, tan cercanos a los vecinos, han tenido que cerrar? ¿Cuánto empleo se ha destruido? ¿Y qué tipo de empleo crean? Sería bueno que respondiéramos a esas preguntas.

El AVE se ve como la varita mágica de nuestro desarrollo. ¿Cuántas empresas se podrían haber creado con lo que ha costado? ¿Y no valoramos el rompimiento entre los municipios y su vega, la destrucción de caminos y acequias...?

¿Qué costes económicos tiene un modelo de desarrollo y otro?

También podríamos preguntarnos sobre costes económicos y ambientales. ¿Cuánto cuestan esas infraestructuras que el modelo de desarrollo actual nos vende como dinamizadoras de la economía? ¿Cuántas subvenciones, bajadas de impuestos, “regalos”, dan las administraciones para que aterricen aquí grandes inversores? ¿Cuántos puestos de trabajo crearían en la Vega de Granada? ¿Qué calidad tendrían esos puestos (precariedad, estacionalidad…)? ¿Se beneficia la gente que más sufre el paro y la pobreza? ¿Qué coste ambiental está teniendo ya (destrucción de grandes extensiones de vega y acequias, muro entre los pueblos y la vega, deterioro del paisaje) este modelo convencional de desarrollo? Comparemos ahora; ¿cuánto costarían pequeñas infraestructuras para crear industrias de artesanía alimentaria, esencias, plantas medicinales, etc.? ¿Qué beneficios traerían para municipios, personas y territorios medidas potenciadoras de la energía alternativa, reciclaje, etc.? ¿Y cómo repercutiría este tipo de desarrollo endógeno en la creación de trabajo en barrios y pueblos? ¿No crearían redes económicas y sociales dentro del propio territorio? ¿Y se quedarían las riquezas en éste? ¿No beneficiarían incluso la relación armónica entre pueblos y ciudad con la vega y con el territorio en general? En resumidas cuentas; ¿Cuánto cuesta crear un puesto de trabajo con un modelo y con otro y qué beneficia más a nuestros territorios y las gentes que lo habitan? ¿Y qué costes ambientales, ocultos o no, tienen unos y otros? Si hacemos cuentas se demostraría a quiénes (personas y territorios) benefician uno y otro modelo de desarrollo

Algunos colectivos y personas de Granada nos planteamos; ¿qué modelo de desarrollo necesita Granada?

Desde Somos Vega. Somos Tierra, Centro socio Cultural del Zaidín, la Red por el Trabajo Digno y Otra Granada nos preguntamos ¿Cuál es el modelo de desarrollo por el que tenemos que apostar? ¿Qué modelo sostenible es el que necesitamos? ¿Podríamos desarrollar las potencialidades de nuestro propio territorio? ¿Podríamos crear trabajo? ¿Qué obstáculos tendríamos que vencer? ¿Qué estrategias, herramientas y formaciones tendríamos que abordar? ¿Podemos ser los granadinos actores de nuestro propio desarrollo? ¿Qué necesitamos para pasar de espectadores a actores…? Y muy importante. ¿Hay experiencias que van por ese camino? ¿Cuáles? ¿Qué tienen que decirnos? ¿Cómo podemos potenciarlas…?

¿Somos tontos los granadinos? ¿Tenemos que ser espectadores de nuestro propio desarrollo?

Todas estas preguntas, todas estas estas temáticas nos las plantearemos las asociaciones citadas en cuatro jornadas que celebraremos en La Zubia y Granada entre mayo y junio. En las tres primeras abordaremos las potencialidades que nos brinda nuestro territorio, estrategias y herramientas necesarias para desarrollarlas y, muy importante, las experiencias que ya hay al respecto. La primera jornada (21 de mayo. La zubia) tendrá como objeto de investigación la Vega, los secanos, los árboles y plantas de Granada y su Sierra. La segunda jornada abordará las posibilidades que tienen las energías alternativas y el reciclaje para crear sostenibilidad y empleo (23 de mayo. La zubia). La tercera jornada estudiará las posibilidades económicas que puede tener la inmigración (11 de junio. Granada). Y la cuarta jornada abordará unas preguntas claves; ¿Quiénes tienen que ser los sujetos que desarrollen las potencialidades del territorio? ¿Qué infraestructuras, herramientas y formaciones necesita la ciudadanía para ser protagonista de su propio territorio? ¿Qué experiencias de emprendimientos sostenibles y sociales hay ya en marcha?

El modelo de desarrollo dominante es incapaz de crear trabajo. ¿Qué hacemos?

Desde las asociaciones citadas observamos que el modelo de desarrollo actual se ve incapaz de crear trabajo, y el que crea es muy precario. El futuro no es mejor, la robotización (está entrando ya en los hoteles) y tecnificación amenazan los trabajos de una ciudad de servicios como Granada. Nuestra responsabilidad como ciudadanos, el compromiso con nuestro territorio y nuestras gentes nos llevan a buscar respuestas ante esta situación. ¿Y si ese modelo se muestra incapaz, dónde buscar luz?

Pensar sobre el desarrollo y el trabajo del futuro no es un entretenimiento. Nos jugamos mucho. Hoteles japoneses ya no tienen trabajadores, sino robots. Y no olvidemos que Granada es una ciudad de servicios

Estamos convencidos, muy convencidos después de muchos análisis, que sólo la gente que vive en los territorios, que siente éstos, que los pisa todos los días y que convive con sus paisanos, puede dar respuestas a las verdaderas necesidades para desarrollarlos. Nadie a miles de kilómetros de distancia puede “desarrollarnos”. En esto, nuestra apuesta es clara; trabajamos por un desarrollo endógeno, es decir, con las potencialidades de nuestro territorio y la gente que vive en él. Riqueza y trabajo desde dentro, sin despreciar otras formas sostenibles de desarrollo. Al tiempo, puestas en marcha esas potencialidades, a partir de las propias dinámicas que generarían, se crearían unas sinergias muy importantes con nuevas necesidades, nuevos trabajos; redes económicas y colectivas que se irían conformando, apertura de nuevos caminos… Al tiempo, iríamos creando conciencia sobre la necesidad de que los propios granadinos fuéramos los que diéramos respuestas a nuestros problemas. Con ello creceríamos en desarrollo integral, dignidad de las personas, trabajo digno. Y con ello, barrios y pueblos preñados de dignidad y futuro. Sería también nuestra aportación junto a otros muchos pequeños puntos del planeta a que le dejamos a las futuras generaciones una Madre Tierra donde se puede vivir, convivir y donde el derecho a la dignidad derrotó al “derecho” a la codicia.

Andamos el camino. Pero sabemos que, para llegar hasta el final, tenemos que recorrerlo las asociaciones y personas de nuestros barrios y pueblos junto a los técnicos, la parte empresarial que, sin olvidar las ganancias, tiene como horizonte también la sostenibilidad y el bien común. Y, no olvidemos, en este carro tienen que estar subidas las administraciones, que son las que tienen la tarea de gobernar y el voto de la ciudadanía. Todos juntos para que los bienes de nuestro territorio puedan crear riqueza y trabajo para nuestras gentes.

Por Veguita de Graná

El Domingo 6 de mayo de 2018

Actualizado el 7 de mayo de 2018