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Con el Plan de Residuos de Diputación pierde el medio ambiente, el trabajo social y los ciudadanos. Gana la gran empresa que gestiona el servicio

Si el modelo partiera de lo local reduciría costes, favorecería la recuperación y el reciclaje y crearía puestos de trabajo

Rosa Félix, de Democracia en Acción de Atarfe y del colectivo de reciente creación, Otra Granada, hace un recorrido general por la normativa europea, argumenta que el Plan de Residuos de la Diputación de Granada es un paso atrás y concluye con alternativas a ese Plan.

Planta de Residuos de Alhendín. Foto de Resur

Rosa Félix. De Democracia en Acción de Atarfe y colectivo Otra Granada

El mejor residuo es el que no se produce

La Directiva Marco sobre Residuos 2008/98EC de la Unión Europea, que entró en vigor en Diciembre de 2008, ha consolidado como un elemento central de las políticas públicas la prevención de Residuos. Esta Directiva determina que los Estados miembros establecerán programas de prevención de residuos a más tardar el 12 de diciembre 2013 (artículo 29). ¿Qué significa la prevención?, algo muy simple: “El mejor residuo es el que no se produce”.

La Directiva señala que, con el fin de proteger mejor el medio ambiente, los Estados miembros deberán adoptar medidas para tratar los residuos de conformidad con la siguiente jerarquía de prioridades:

1.Prevención, es decir la reducción en origen.

2.Preparación para la reutilización

3.Reciclado

4.La valorización (por ejemplo, el aprovechamiento energético)

5.La eliminación (en último extremo).

Esta es la filosofía que preside hoy la gestión de residuos, y gran parte de los reglamentos europeos basan el servicio en esta jerarquización de estrategias.

Como se observa, la prevención es el primer nivel de las 5 etapas y se entiende como aquella que comienza antes, incluso, de la recogida de residuos. Es más importante que la valorización de los mismos y, en el último escalón, está la eliminación de residuos en vertederos.

Debe recurrirse a los vertederos lo menos posible. El vertedero es la peor de las opciones porque significa pérdida de recursos y puede convertirse en el futuro en una rémora para el medio ambiente. Numerosos países han avanzado en esa senda alejándose de los vertederos y tendiendo hacia el reciclado y la recuperación, de forma descentralizada y cercana al origen del residuo. Sus disposiciones más importantes garantizan el compostaje e incluyen objetivos de reducción gradual de los residuos municipales biodegradables en los vertederos. Muchos Estados miembros han podido adoptar medidas para eliminarlos por completo porque llevan años trabajando en la prevención. Hay países que han conseguido menos de un 5% de vertido (Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Austria y Suecia). El porcentaje de reciclado más alto (incluido el compostaje) se alcanzó en Austria (70 %), seguida por Alemania (66 %), Bélgica y los Países Bajos (60 %) y Suecia (55 %).

recogida de basura en otro país europeo

La comunidad debe ser autosuficiente a la hora de eliminar los vertidos.

Una política eficaz debe ser un proceso global que tenga en cuenta el ciclo de vida completo de los recursos, desde su extracción hasta su etapa final de residuo, pasando por su utilización como producto. Son necesarias medidas generales tendentes, por ejemplo, a la eliminación de bolsas de un solo uso, a la eliminación de los envases de usar y tirar. Pero, es en el marco local, donde debe impulsarse y efectuarse el tratamiento principal de los residuos. ¿Cómo?: efectuando, por un lado, el compostaje de los residuos biológicos para su uso posterior como abono y, por otro, la reutilización de los materiales contenidos en los residuos en lugar de eliminarlos. En este ámbito existen experiencias muy interesantes, por ejemplo, pequeñas

cooperativas locales que se dedican a la reparación de electrodomésticos y mobiliario doméstico para un segundo uso o al reciclado de piezas de esos enseres cuando no permiten su reparación.

Por eso, los países europeos más avanzados han progresado en el camino de la autosuficiencia local. Sus políticas públicas limitan el uso de los vertederos y apuestan por el compostaje y la selección para la reutilización y el reciclado en origen, en la localidad donde se genera el residuo. Se actúa en el punto más cercano: la localidad. Para ello es vital el papel que juegan los municipios y mancomunidades de municipios cercanos.

Planta de Vélez de Benaudalla. Foto de Resur

Este modelo, además, es el único que disminuye los costes de gestión y reduce las barreras que entorpecen el desarrollo del reciclado y la recuperación. Ya sabemos qué sucede con la selección que se efectúa en las plantas centralizadas de Tratamiento de Granada: la selección de basura es mínima por lo que la mayoría de los residuos acaban en el vertedero de forma indiscriminada.

El aumento de la recuperación de residuos biológicos, a través del compostaje, tiene efectos importantes en la lucha contra el cambio climático porque el principal efecto negativo de los residuos biológicos tiene lugar cuando éstos son arrojados a los vertederos, ya que producen metano, un gas de efecto invernadero 21 veces más potente que el dióxido de carbono. La Directiva 1999/31/CEE, relativa al vertido de residuos, dispone que dos tercios de los residuos biodegradables municipales no deberán ser vertidos, e impone a los Estados miembros la obligación de establecer y revisar regularmente estrategias nacionales de gestión de los residuos desviados a los vertederos.

Elaboración de compost en Navarra

La reutilización y el reciclado de los restantes residuos es fuente de empleo: reciclar 10 000 toneladas de residuos necesita hasta 250 puestos de trabajo, frente a los 20 o 40 que se necesitan si los residuos se incineran, o los 10 si se echan en un vertedero. Existe un enorme potencial de reciclado, pues queda sin utilizar más de la mitad de los recursos existentes integrados en residuos.

Además de la voluntad política de los representantes públicos, esto es posible con la concienciación y participación ciudadana y con la imposición de unas tasas que recompensen con rebajas a los ciudadanos que seleccionan.

El Plan de Gestión de Residuos de Granada es un paso atrás

Si analizamos el Plan de Residuos Sólidos Urbanos que presenta la Diputación, sus propuestas difieren con las experiencias europeas más sostenibles medioambientalmente y más justas socialmente, ya que éstas generan miles de empleos verdes, creados por la economía social.

Hace 20 años, en el período de gobierno del PSOE en la Diputación de Granada, se instauró un modelo centralizado para el tratamiento de los residuos urbanos, el objetivo era acabar con los vertederos locales y centralizar en dos enormes vertederos los residuos de toda la provincia. Para ello, se constituyó un Consorcio formado por la Diputación y los municipios que optó por la privatización del servicio de tratamiento de la basura. Esta elección ha condicionado el tratamiento de los residuos que se ha hecho en Granada. Se hizo cargo del servicio: Fomento Construcciones y Contratas (FCC). Esta gran empresa, a su vez, gestiona la recogida de basura de muchos de los municipios de la provincia. Sus intereses empresariales están claros: más gasto en el transporte y en la recogida, menos gasto en la mano de obra dedicada al tratamiento, como consecuencia gran parte de la basura se entierra en los dos vertederos.

El, Plan de Residuos de la provincia de Granada quiere dejar solo dos contenedores; materia orgánica y todo lo demás. Es un paso atrás después de tantos años de concienciación ciudadana

Debemos añadir, también, la desidia de los responsables públicos provinciales y locales que no han controlado, ni fiscalizado la gestión de la empresa privada, han actuado, a veces, defendiendo sus intereses y, finalmente, algunos municipios han hundido al Consorcio por impago.

Ahora con el Gobierno del PP en Diputación, se ha dado un nuevo retroceso, disolviendo el Consorcio y asumiendo la gestión en solitario. Con esta decisión el modelo no hace sino empeorar. Sus propuestas para la década 2014-2024 caminan exactamente en el sentido contrario de todas las Directivas europeas y nos alejan de las soluciones de futuro:

 Centraliza aún más la gestión, porque los municipios ya no tendrán ningún papel en el tratamiento de basuras.

 Mantiene la recogida indiscriminada de la basura, reduciendo todavía más la selección en origen.

 Se centra en el transporte de la basura (miles de Km por toda la provincia con el consiguiente consumo energético, encarecimiento por el transporte e inseguridad) y en su depósito en el vertedero.

 No contempla ninguna medida de prevención, ni de reutilización.
 Busca asegurar el pago directo del ciudadano con los menores costes empresariales posibles.

 Respecto a la tasa, dos breves apuntes: los ciudadanos, con este plan, tendremos que hacer frente a dos recibos: el de recogida de basura, que pagamos al municipio, y el de vertido, al que denominan “tratamiento”, que pagaremos aparte y directamente a la Diputación en función del recibo del IBI; una medida que nada tiene que ver con el vertido realizado, lo que significa que paga igual el que separa y hace compostaje de sus residuos orgánicos que el que vierte todo indiscriminadamente. Es, por tanto, una tasa que actúa en sentido contrario a las propuestas imperantes en Europa, donde para primar la selección y la eliminación de residuos en origen se está reduciendo la tasa a quien produce menos residuos, recicla y reutiliza. Hay que aclarar que hasta el mes de Junio los dos conceptos: recogida y vertido iban juntos en un solo recibo que pagábamos a nuestro ayuntamiento.

Camión de INAGRA

La consecuencia está clara: más costoso para el ciudadano al que aplican de forma torticera el principio: “quien contamina paga”, asegurándose con la nueva tasa de tratamiento el pago directo de los ciudadanos individuales y más beneficios para la empresa que gestiona el servicio: Fomento Construcciones y Contratas (FCC).

Es evidente, quién pierde y quién gana con este Plan de Residuos: el medio ambiente, la economía social, los ciudadanos pierden y gana la empresa que gestiona el servicio privatizado.

No estaría de más recordar que si, en los últimos años, todos los gobiernos españoles han recortado nuestros derechos sociales y económicos bajo el pretexto del obligado cumplimiento de las Directivas europeas, sorprende, que en este caso, hagan lo contrario cuando se trata de Directivas que benefician a todos los ciudadanos.

Esta es nuestra alternativa:

1.-Gestión Pública del tratamiento. No a la privatización del Servicio de recogida y tratamiento de basuras.

2.- Primar la selección a través de la imposición de tasas que premien la selección y el compostaje de los ciudadanos. Anular la tasa de tratamiento impuesta por Diputación.

3.- Crear pequeñas Plantas de compostaje municipales que traten los residuos biológicos.

4.- Impulsar centros de reutilización y selección, locales y comarcales, que aumenten el reciclado y un nuevo uso de los productos no biológicos de las basuras: muebles, electrodomésticos…., gestionados por cooperativas y empresas de economía social.

5.- Implicar a los ayuntamientos y a los ciudadanos en el cambio de mentalidad y en la transformación profunda que necesita la gestión de los residuos en la Provincia.

En definitiva, que se cumplan las directrices europeas y se incorporen la experiencia de otros países y ciudades próximas ¿es exigir demasiado?

Por Veguita de Graná

El Viernes 20 de diciembre de 2013

Actualizado el 20 de diciembre de 2013