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Estamos en tiempo de majoletas

Flores blancas, frutos rojos. Belleza y medicina

Desde que lo conocí le seguí la pista año tras año. El majoleto, como mi familia y mis amigos, forma parte de mi identidad, junto al almez, el nogal, la acequia, el río, la montaña, la vega o el secano; porque somos territorio, somos parte de los lugares. No nacimos para dominar la naturaleza, sino para sentirnos parte de ella. Somos un elemento más del territorio en el que encajamos como las piezas de un rompecabezas. Enmarcaddo en esta forma de ver el mundo, os presento al espino albar. Espero que os enamoréis de él como yo lo estoy.

majoletas junto a la ribera del Genil

Paco Cáceres veguitadegrana@gmail.com

Para los menos metidos en este mundo; las majoletas son el fruto rojo del majoleto o espino albar. En septiembre, sus frutos, que son comestibles, ya están maduros. Para los que nacimos en un ayer bastante lejano, los frutos silvestres marcaban nuestro calendario personal. Septiembre era tiempo de coger majoletas y yo, allá por mi Loja del alma, me conocía los arbolillos que, sobre todo por la Sierra, tenían abundantes frutos. Lo primero que aprendí fue a distinguirlos del rosal silvestre. Cuando los conoces es muy fácil ver las diferencias, pero al principio no. El tapaculos (rosal silvestre) tenía un precio; tres días sin evacuar. No, el nombre no se escogió al azar. Por eso, nuestro maestro, que era un mozalbete con menos escuela y más conocimientos del territorio, nos avisaba en la primera lección.

Confieso que los frutos silvestres me dibujaron la niñez y adolescencia. Ahora, como en aquel entonces, sigo vigilante los ciclos de la naturaleza. Por eso os aviso; es tiempo de majoletas. Las flores muy blancas (por eso los nombres de espino albar o espino blanco) asoman por mayo y los frutos llevan maduros un par de semanas. Confieso también que me emociona verlos por el Genil arriba, por los paseos de la Fuente la Bicha, por el camino de los Neveros o por cualquier otra parte. Los siento como un regalo que nos da la naturaleza en forma de árbol, de colores y de planta medicinal, ya que el majoleto tiene muchas propiedades curativas.

¿Por qué se le llamará espino blanco? Esté está en el camino de los Neveros

El espino albar, la medicina natural

Ya que hablamos de sus propiedades medicinales, empecemos a verlas por el fruto. Dicen que son útiles para metabolizar las grasas ya que los principios activos de sus bayas fundamentalmente procianidinas, activan la lipólisis (degradación de la grasa). Los triglicéridos, forma en la que se acumula la grasa en el organismo, son degradados y aparecen los ácidos grasos, que pueden ser fácilmente expulsados de la célula y eliminados. También lo recomiendan para los que van a dejar de fumar porque modera la ansiedad provocada en el proceso de deshabituación del tabaquismo.

Pero por lo que más se le conoce es por las propiedades de la flor. Se emplea para cuidar la salud del corazón y las arterias, ya que posee propiedades vasodilatadoras de las arterias coronarias y cardiotónicas. Regula la tensión arterial; te la sube si es baja y te la baja si es alta. Se emplea contra taquicardias y arritmias, migraña, arterioesclerosis y tensión arterial. También tiene propiedades sedantes, por lo que se emplea contra el nerviosismo y el insomnio. Por esto último en muchos lugares se le da el nombre de tila. De los sitios de internet que he visitado para consultar las propiedades del majuelo, os recomiendo el mejor libro de plantas, el Dioscórides, pero si no lo tenéis, podéis echar mano a esta página: http://www.botanical-online.com/medicinals_espino_blanco.htm

¡Cuidado! Este es el tapaculos. Fruto del rosal silvestre. Fíjate en los frutos y las hojas. Son diferentes al del espino albar

¿Qué más cosas queréis conocer de la planta?

Vayamos por el nombre latino; es crataegus monogyna. Crataegus parece que procede del griego “kratys”, que significa duro y fuerte, por la dureza de su madera. Y monogyna significa “a su estilo”. Dioscórides, médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia en el siglo I, y cuya obra De Materia Medica alcanzó una amplia difusión que hizo que en la Edad Media y el Renacimiento se convirtiera en el principal manual de farmacopea, lo evocaba en todas sus obras (consultar Wikipedia)

Para los amantes de las leyendas y cómo se veían las plantas a lo largo de la historia, podemos decirles que “los antiguos germanos comían los frutos del espino blanco, crudo y también como compota. Utilizaban también sus arbustos para delimitar sus territorios. Las ramas colocadas en las puertas servían como protección contra la brujería y sus amuletos eran considerados como protectores de enfermedades. La madera era utilizada para fabricar utensilios. En la antigüedad utilizaban sus ramas espinosas para recostar en ellas la cabeza de los ajusticiados. Cuentan que cuando un pescador coloca una rama de esta planta en lo más alto de su mástil, se asegura una pesca abundante. El espino blanco ha sido elogiado a menudo por poetas y artistas…” Si quieres saber más consulta la página de la que hemos sacado este entrecomillado; http://www.avogel.es/enciclopedia-de-plantas/crataegus.php

¡Este si es el majoleto! Fíjate en los frutos y las hojas

Vive gentil espiino blanco

Terminamos las citas con una poesía que recoge Daniel Climent y Giner, profesor de Ciencias Naturales en “El espino blanco y el oráculo de Agamenón” (http://metode.cat/es/Revistas/Documento/L-arc-blanc-i-l-oracle-d-Agamemnon)
La poesía es de Pierre de Ronsard (1524-1585). Ahí va junto al pequeño texto introductorio; “La longevidad del espino blanco es tan notable que en Normandía sirve para delimitar los vértices de las propiedades rurales. Una resistencia cantada por el «príncipe de los poetas» en la Francia del Renacimiento, Pierre de Ronsard (1524-1585), en la oda Le bel aubépin.
¡Vive, gentil espino blanco!
Vive sin fin,
vive sin que nunca el trueno,
el hacha, los vientos
o el tiempo
te puedan derribar”.
Si os gusta, leer el artículo citado; tiene bastante información y es muy ameno.

Espino albar en flor. Camino de los Neveros

El majoleto parte de nosotros

En fin, el majoleto es para gente de mi edad que quiere seguir sintiendo el latido del territorio, de los lugares, todo un símbolo que forma parte de nosotros mismos; y es que cuando lo que expongo se graba dentro, se convierte en imborrable; y más si estamos pendientes de cuando echa la flor, las hojas, se pone el fruto maduro… Cada año alimentamos nuestra relación con el majoleto (y con otros muchas plantas, ríos, acequias, lugares…) lo que nos hace sentirnos parte del territorio. Quizás esto os haga entender mejor las luchas en defensa del territorio en las que estamos enfrascados algunos colectivos. Lo que dije; es parte de nuestro reloj natural, de nuestro calendario. Es decir, parte de nosotros mismos, de nuestro lugar en el mundo.

¿Quieres conocerlo? Te lo presento

¿Quieres conocer el majoleto?

Termino. Me ofrezco como guía a toda aquella persona que quiera conocer el espino albar, los lugares en donde está, coger sus frutos o simplemente admirarlo cuando pasea. Yo voy frecuentemente por el Genil, aguas arriba de Granada, por el camino de los Neveros y por toda el área hasta donde me llevan mis pies. A vuestro servicio. Cuando conozcáis el majoleto, el almez y otros árboles u otros elementos del entorno, seguro que un gusanillo interior os anima a seguirle la pista para siempre. Y si somos muchos los que sentimos eso, la defensa de los lugares está asegurada.

Por Veguita de Graná

El Jueves 25 de septiembre de 2014

Actualizado el 25 de septiembre de 2014