Nos avisaron agricultores de la zona. “Se han cargado otro árbol centenario”. Nuestra sorpresa sobrepasó los límites. Hablamos con María Purificación, la dueña y nos dice; “me dijeron que podían estorbar algunas ramas para la carretera, aunque anteriormente me habían dicho que no. Yo les dije, si estorban algunas, cortarlas. Cuál no sería mi sorpresa cuando vi que habían talado el árbol sin permiso, sin que existiera expropiación... Y fijaros cómo nos han dejado la entrada”. Sencillamente ha sido un atropello sin justificación alguna. Es más, no le dejaron ni la madera del árbol.
Entran en una propiedad privada, sin ninguna orden de ningún tipo, talan un árbol centenario y adiós muy buenas. Por si era poco actúan en la fachada de un cortijo catalogado por el POTAUG le dejan la entrada como si fuera una balsa y una de las entradas sin accesibilidad. Incomprensible.
Recordemos que anteriormente habían cortado otro plátano bicentenario en el cortijo del Nogal. Todos los esfuerzos que se hicieron para que eso no ocurriera fueron en vano. A la Diputación y a la constructora les importaba poco que un árbol tuviera tanta historia y estuviera tan ligado a la identidad de la zona. Curiosamente el día que empezamos la campaña para salvar el árbol, por la tarde, nos cuenta Joaquín, agricultor de la zona, “empezaron por la tarde a cortar el plátano y me pidieron un foco para seguir por la noche. Se ve que querían acabar cuanto antes”. Así fue, estuvieron parte de la noche cortando y quitando toda prueba de en medio. Por la mañana no había restos de árbol y pareciera que allí no hubiera habido durante más de doscientos años un plátano de sombra. Estaba claro, no querían que una campaña pudiera impedir el festín del plátano.
Ante este último atentado a un árbol centenario, que no estorbaba, que estaba dentro de los límites del cortijo y que no hacía ningún daño, y ante los atropellos al propio cortijo, Ecologistas en Acción se ha personado en el lugar de los hechos y está redactando un informe sobre todas las anomalías y pedirá explicaciones a Diputación, responsable de la obra. También denunciará el hecho.
Los dueños del Cortijo, que pertenece a Granada y está a unos ciento cincuenta metros de la rotonda de La Zubia y a unos cincuenta del puente sobre el río Monachil, están muy afectados porque su vida ha estado ligada a los distintos elementos del cortijo entre los que destacaba este árbol, que tenía unos 110 años según nos dicen. “Cuando llegué y vi el árbol cortado no podía creerlo. Me quedé paralizada”. Por su parte, ninguna autoridad, hasta las 11 de la mañana de este viernes 20, les habían dado explicación alguna.
El ensanchamiento de la carretera de La Zubia tenía la aprobación de mucha gente, pero la forma como se está haciendo, la chapuza, no. Ahora, a esperar el informe de Ecologistas en Acción, que publicaremos de forma íntegra.